CLASE SOBRE HISTORIA DE GRECIA:N° 2  / PROFESOR DARÍO SÁNCHEZ VENDRAMINI / LINK MES DE ENERO 2024
 

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A nuestra salud - Panagiotis Lalezas - Homenaje a la canción Municipal (Alfa) {22/3/2014}

LA CIVILIZACIÓN MINOICA

En cierto modo, podría decirse que la isla de Creta fue la cuna de Europa porque allí se desarrolló, en paralelo a lo que ocurría en Egipto y en Mesopotamia, la cultura europea más antigua de la Edad del Bronce, una fase de la historia de la humanidad cuyas comunidades nos resultan familiares por las diferencias sociales y económicas que se aprecian ya en su seno, por contar con instituciones políticas propiamente dichas y por el uso de la escritura. Los griegos reconocían a Minos, el mítico rey de Creta, como autor de las leyes más antiguas, inspiradas por el propio dios Zeus, padre de Dike, la Justicia. Por eso se les podía atribuir un valor universal: «La mejor prueba de que Minos era un buen legislador es que sus leyes han permanecido inamovibles, por ser las de alguien que había encontrado la correcta verdad en lo que toca a la administración de la polis [la ciudad-estado griega]» (Platón, Minos 321b). 

Sin embargo, esa civilización que precede en mil años a la polis griega y que llamamos minoica –por el legendario rey Minos–se nos muestra enigmática en muchos aspectos. A pesar de tantas y tan vivas imágenes como nos ofrece la arqueología, no podemos leer los escasos documentos escritos que nos ha legado porque, al no conocer su lengua, su escritura aún no ha sido descifrada. Sólo tenemos leyendas. Así, una de las principales incógnitas a resolver es el motivo de la desaparición, aparentemente súbita, del que –en la memoria de los griegos– había sido un gran imperio económico marítimo, precursor del creado por Atenas en el siglo V a.C. 

UNA CIVILIZACIÓN CONDENADA 

Hacia 1700 a.C., una serie de terremotos destruyó los centros palaciales que formaban la civilización minoica –Cnosos, Festos, Malia–, así como muchas viviendas. En el pequeño palacio de Archanes, cerca de Cnossos, se ha encontrado un edificio de culto que, a causa de un seísmo, se había desplomado sobre un joven recién sacrificado en un altar, un sacerdote, una sacerdotisa y un asistente que llevaba en una vasija la sangre fresca de la víctima. Trataban, muy posiblemente, de ganarse el favor de los dioses. 

Los cretenses reconstruyeron lo destruido y crearon nuevos recintos similares, decorándolo todo con gran suntuosidad. Empezó, así, la fase neopalacial (de los «nuevos palacios») de la cultura minoica, caracterizada por su proyección económica hacia el exterior. El objetivo de la producción ya no era sólo la subsistencia, sino disponer de un excedente que permitiera traer del exterior, por medio del comercio, artículos de lujo y esclavos. Creta contaba entonces con una gran flota y desarrolló posiblemente una especie de imperio económico marítimo: una talasocracia («poder sobre el mar»). 

Pero hacia 1450 a.C. –según la cronología establecida por el arqueólogo británico Arthur Evans a comienzos del siglo XX–, esa cultura, que deslumbra con su vitalidad y su arte, se colapsó, y ello por razones que aún no están claras. Las excavaciones han mostrado incendios y destrucciones en todos los palacios que habían marcado el cénit de esta civilización. En Cnosos sólo se salvó el palacio propiamente dicho; el área residencial adjunta fue destruida. En ese contexto de destrucción se han descubierto huesos con marcas de cuchillo pertenecientes a cuatro niños en lo que parecer ser un caso de canibalismo ritual. Al parecer, sus habitantes intentaron también esta vez buscar la intercesión divina para que las cosas siguieran como antes. 

FUENTE: PORTAL EN INTERNET DEL SITIO WEB   HISTORIA.NATIONALGEOGRAPHIC.COM.ES